Un 3 de Junio de hace 9 años atrás se producia en Argentina el grito y clamor de las mujeres, las golpeadas, las no golpeadas, las violadas, las no violadas, las mal pagas, las bien pagas, las más jovenes y las no tan jovenes, en definitiva la muerte de Chiara producia un antes y un después.
Años de mirar para otro lado y de callar.
Hoy podemos decir que algo se avanzó, a pesar de una nueva etapa de negacionismo del problema que enfrentan miles y miles de muajeres que no han podido ingresar a un sistema de educación formal, a un trabajo digno.
Los poderes del estado tratan de hacer, pero hacen poco. Poderes del estado donde hay mujeres poderosas que prometen y prometen, abrazan, besan pero que luego no atienden los teléfonos de aquellas que alguna vez abrazaron pero solo para la foto.
Juezas, senadoras, diputadas, intendentas, concejalas, son unas antes del cargo y otras después, claro es justo decir que las excepciones son pocas, aunque las hay.
El movimiento ni una menos ha indudablemente dado visibilidad a una de las pandemias más antiguas y actuales de la humanidad, es más importate para la sociedad criticar a diez mujeres que muestran su desnudez que presionar para que la próxima muerte no este cada vez más cerca.
Chiara tenia 14 años, su asesino 16, hoy tendría 23 y el 25, su hijo nonato 9. Ella jamás pensó y jamás sabra que su muerte dió inicio a un cambio de conciencia en la sociedad Argentina.